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Fernando VII y María Josefa de Sajonia, en 1826, viajan al manantial de Solán de Cabras para tratar de buscar una cura para la infertilidad de la Reina y poder engendrar un hijo varón que asegurase la continuidad de la monarquía. Esta botella era una de las que se encontraba en el Balneario y perduró hasta principios del S.XX.


Esta botella de Solán de Cabras es una edición exclusiva de 2012 en la que se intenta valorar la importancia del agua al compararla con el oro


LAS AGUAS SOLÁN DE CABRAS SON DECLARADAS DE UTILIDAD PÚBLICA Y REAL SITIO POR EL REY CARLOS IV EN 1790, DENOMINACIÓN QUE SE DABA A LOS ENCLAVES DE PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO QUE LA MONARQUÍA EMPLEABA COMO LUGAR DE REPOSO, RECREO O RESIDENCIA.


Esta típica botella que se usa también para decoración, recorría los pueblos y ciudades de España llena de Agua del Manantial de Solán de Cabras hasta el nuevo S. XXI donde desapareció. Era un envase retornable de distintas capacidades.